De la ciudad, del vino, del olivo y del mar, como cantaban aquellos tres andaluces que como Bécquer, dieron a las sevillanas ese punto romántico, diferente y rebelde que acaba convirtiendo las cosas en imperecederas, ahí está mi Andalucía, la que divierte como debe divertir, no como cantaba Pepe Suero. Romanticismo made in la Argónida de Caballero Bonald, otro hombre de luz de esos que para algunos, parece vivir a oscuras.
Conservo este cartel desde niña porque era de José Ramón, aquel que los sábados por la mañana a mano alzada, dibujaba en el programa de televisión y yo me quedaba con la boca abierta, después más tarde llegó el mensaje de aquella bandera con el 28 - F, y de esa Andalucía distinta, rebelde y mágica que se quedó conmigo para siempre; la de los tangos de Ketama de los Smash, la Glorieta de los Lotos y la voz poderosa de Jesús, que la movida madrileña ocultó bajo la alfombra. Todo lo revolucionario musical, literaria e históricamente hablando nació en Andalucía, como la Generación del 27, el Mudéjar, Los Planetas, Antonio Muñoz Molina, los cielos azules de Don Antonio, las sevillanas de Salmarina o el bendito atrevimiento de Camarón de cantar con un bajo unas alegrías de Cádiz, ésa es mi Andalucía, la que me divierte. Y en este día señalaíto donde todos y todas nos acordamos de Lorca, de Alberti y hasta de María Zambrano o de Blas Infante, sacamos la bandera al balcón y nos llenamos los whatsapp con mensajes vacíos, como un salón decorado con cuadros de Ikea, Andalucía es más que eso. Leo en la más que recomendable biografía de El Bizco Amate, que cantaba fandangos prodigiosos a cambio de algo de comer, y eso sigue siendo Andalucía, la que divierte, con todo el dolor de mi corazón verde y blanco, de pan con aceite y noniná. Ya ni siquiera reivindico que la criada de la serie hable en un andaluz soez y forzoso, ni que cuando estés en Alemania la marca España sea una flamenca, o que se atrevan a decir que el flamenco nació Despeñaperros arriba, cosa más grande, io, ni el bajar al sur, como quien coge un ascensor, ni la invasión a esta tierra porque todo es maravilloso y todo, está a un AVE de un me gusta de instagram; las sardinas malagueñas, las playas de Huelva, una levantá al cielo o el bar del Partido Comunista de mi Sanlúcar, completamente convertido en lo que no es y ya no será. A mí lo que me duele en el alma como andaluza y reivindico el día de hoy es la compañera de mi trabajo que siendo de El Viso del Alcor cambia el acento cuando atiende al teléfono, ahí está y estará siempre mi mensaje de whatsapp, mi bandera en el balcón y la reivindicación de una Andalucía Libre y Soberana.
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